lunes, 3 de mayo de 2010

LOS HIPOGEOS Nº2 Y Nº3 DE TRAYAMAR.

Las tumbas nº2 y nº3 de Trayamar también fueron hipogeos excavados en la roca al igual que la nº1 y la nº4, citadas anteriormente en otras entradas.

Estos panteones del siglo VII a.c. fueron descubiertos por casualidad en el otoño de 1965, en el mismo cerro donde se ubicó el hipogeo nº4, mientras se realizaban labores de abancalamiento en la finca. Por desgracia para todos, estos trabajos continuaron y las tumbas fueron destruidas sin que previamente fueran estudiadas. Sin embargo, algunas personas presentes en este atentado contra el patrimonio, pudieron realizar algunos someros croquis y rescatar importantes piezas pertenecientes al ajuar funerario.

La tumba nº2 se situó en la misma cumbre que la nº4, a unos 20 metros al sur de esta. Tenía planta rectangular y al igual que las restantes, se construyó con hileras de sillares de piedra caliza muy finamente trabajadas por su lado interior. Las medidas fueron de unos 3,80 m. por 2 m. La altura de la cámara seguramente alcanzó los 2 m. Tenía una orientación este-oeste y la puerta de acceso se abría en el centro de su muro este

El conjunto de objetos funerarios que se pudieron extraer de la tumba estaba formado por dos hermosos vasos de alabastro, uno de forma globular y el otro ovoidal. Sendas urnas albergaban en su interior restos de incineración. También aparecieron restos de ánforas y lucernas.


La tumba nº3 se situó en la ladera del cerro a unos 40 metros al oeste de las anteriores. Era rectangular y mantenía la misma dirección que la nº2. Tuvo unas dimensiones de unos 3,80 m por 2,50 m. y su destrucción casi inmediata no dio tiempo a efectuar dibujo alguno. De su interior pudieron salvarse una bellísima urna de alabastro con restos de incineración y parte de otra.

Los hipogeos mencionados en este post, son los que se conocen al oeste de la carretera MA-103 que sube hacia Algarrobo; pero con casi toda seguridad no fueron los únicos. Y es que la rapidez y el secretismo con que se trabajó en estos desmontes, propició el desconocimiento de muchas otras.


domingo, 2 de mayo de 2010

LA ABUBILLA.




Otra de las aves llamativas que surca el cielo de nuestro municipio es la abubilla (Upupa Epops). En Algarrobo, este hermoso pájaro, siempre se le ha llamado "gallico del campo", por el penacho de su cabeza semejante a una cresta.
Es un ave insectívora y vive todo el año en nuestro país.
Es fácil de identificar gracias a su plumaje de color rosado en la cabeza, cuello, pecho y medio dorso. Las alas y la otra mitad de la espalda hasta la cola presentan listas blancas y negras. Tiene una cresta llamativa rosada de puntas negras que puede levantar o bajar a voluntad, y un pico largo y curvado. Con este pico captura insectos y larvas que encuentra en la tierra y en las oquedades de los árboles donde vive.
Suelen medir unos 30 cm y la envergadura de sus alas es de unos 45 cm.
Su canto es muy monótono y da origen a su nombre (Bu-bu-bub).
La abubilla es también inconfundible por su vuelo irregular y ondulante que hace asemejarlo al de una gran mariposa.
La hembra, alrededor de abril y mayo, pone entre cinco y ocho huevos de color pardo rosado en un pobre y maloliente nido que ubica en la cavidad de algún árbol o pared. El mal olor que desprende el nido es tan peculiar y tan fuerte, que delata la presencia de este. Es debido a una sustancia que segrega una glándula que posee debajo de la cola.
En nuestro municipio, la población es escasa, pudiéndoseles ver en zonas de campo abierto y de cultivo, en parajes como la vega, la Coronada, Fuente Ariza o Bentomiz.