domingo, 19 de agosto de 2018

EL MOLINO HARINERO DE LA UMBRÍA.



El molino harinero de la Umbría es un perfecto desconocido para todos. En la actualidad está en ruinas y casi desaparecido por completo. Para llegar hasta él hay que pasar por una propiedad privada dotada de un camino de difícil acceso.
Su construcción se podría  remontar al siglo XVII.  En las averiguaciones del catastro del marques de la Ensenada de mediados  del  XVIII ya aparece mencionado este ingenio junto a tres más del municipio, estando ya en una situación de ruina y abandono.


Este tipo de molinos  predominaron en nuestra comarca durante esa época  debido a la orografía accidentada y a la escasez e irregularidad de las lluvias, aprovechando eficientemente la limitación de los recursos hídricos.
El molino de la Umbría estaba alimentado por las aguas que discurrían por la acequia del mismo nombre. Esta pasaba mediante una compuerta a un canal denominado caz. Este tras un corto trayecto de unos metros conducía el agua  al cubo. Esta era una estructura sólida en forma de prisma que poseía en su interior un conducto cilíndrico de unos cuatro metros que almacenaba el agua y que cuando era necesario se manipulaba una compuerta situada en la parte más baja que hacía precipitar el líquido hacia el rodezno por medio de un saetín. Este conjunto se situaba en una cavidad hecha de ladrillos en el subsuelo de la construcción. El rodezno mediante sus palas, hacían girar el eje vertical que accionaba la muela, hoy desaparecida. El agua salía del molino por un arco rebajado de ladrillo macizo denominado cárcavo. Finalmente era conducida por otro canal en pendiente llamado socaz hasta el río.



Como se ha dicho, en la actualidad sólo se conserva el caz, el cubo, y un trozo de pared del habitáculo donde se realizaba la molienda. Los materiales empleados para la construcción  fueron mampuestos del terreno y argamasa de cal y arena, empleándose el ladrillo solamente para el cárcavo. Los restos del molino que faltan se emplearon como material  para hacer balates  entre los que aún se pueden ver los restos del arco del cárcavo.



En Algarrobo, existió hasta los años ochenta otro ejemplar  que quedó destruido tras las obras del camino de acceso al pueblo por las Escalerillas.
Este tipo de molinos fueron eficientes en la comarca  hasta finales del siglo XIX que fueron sustituidos por los accionados con vapor y más tarde por motores diésel y electricidad.